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Hoy, amigos, vamos a hablar de cine. De cine y medio ambiente.
Muchas son las películas que han abordado el tema ecológico en su trama a lo largo de la historia (Gorilas en la niebla, Los últimos días del Edén, Wally, etc…) y mención aparte merecen las continuas alusiones a la destrucción del equilibrio del planeta que, con su clásico humor ácido e hiriente, realiza Los Simpson por boca de su entrañable personaje Lisa.

Por Raúl Torres.

Pero hoy quiero centrarme en otra modalidad cinematográfica que también ha aportado su grano de arena en la difusión de problemas medioambientales, y la sensibilización del público en general en su resolución: hablo del género documental.
Y quiero centrarme en tres documentales que, por una u otra causa, han atraído mi atención.
El primero es “Comprar, tirar, comprar” de Cosima Dannoritzer (2011). En este documental nos muestra una realidad aterradora de la que, realmente, todos somos conscientes: la obsolescencia programada. Cada vez los artículos tecnológicos duran menos ¿a quién le sobrevive un móvil más de dos años? ¿Cuánto dura una bombilla?. En un planeta con recursos limitados, con avances tecnológicos indiscutibles y con un pasado en el que estos artículos duraban y resistían muchísimo más que ahora… ¿cómo podemos explicar esta realidad? Quizás la explicación resida en la siguiente frase, publicada en 1928 en una revista de publicidad norteamericana “un artículo que no se desgasta es una tragedia para los negocios”. Aún más ¿ sabéisdónde van a parar todos estos aparatos electrónicos que ya no sirven, y son difícilmente reciclables. Sólo os informaré de que el documental está grabado en Francia, España, Alemania, Estados Unidos. Y Ghana.
El segundo es “Una verdad incómoda” de Laurie David (2006). Tras escuchar una conferencia de Al Gore, famoso político norteamericano, esta directora decidió adaptar su mensaje al género documental, y el resultado fue todo un éxito. Aunque se le achaca una cierta falta de rigor científico, y se acusó al político de incoherencia (se desplazaba en avión privado para impartir sus conferencias) y de interés personal (relanzamiento de su carrera), sí existe consenso en el hecho de que este documental marca un antes y un después en lo que respecta al conocimiento y preocupación ciudadana por el cambio climático, especialmente en una sociedad tan poco sensibilizada en estos asuntos como la niorteamericana.
El tercer documental es “La Tierra sin humanos”, del canal Historia. Puedes verlo a través de Youtube, y en múltiples idiomas además. Este documental parte de la premisa de que, un buen día, la totalidad de la Humanidad desaparece del planeta, de la noche a la mañana. A partir de ese momento, hace una prospectiva para ver qué ocurriría: cómo se adaptaría el resto de especies animales y vegetales, qué ocurriría con nuestras construcciones, etc… es interesante ver esta evolución a lo largo de uno, diez, veinticinco, cincuenta, cien años… y da qué pensar el hecho de ver lo bien que le vendría al planeta nuestra desaparición.
Estas son mis tres propuestas, amigo oyente, que espero seand e tu interés ¿te animas? Pues sofá, palomitas y… ¡acción!