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Buenas tardes, amigos de Abejar Radio.
Si recordáis, en mi último Minuto del Planeta os hablaba acerca de la COP 26, que ha tenido lugar recientemente en Glasgow, Escocia.
Pues esta semana quiero hablaros de otra reunión; una reunión que, si bien podemos calificar de menor nivel que la anterior, posiblemente pueda dar resultados más fructíferos.
Se trata del primer encuentro nacional del Pacto de las Alcaldías, que tendrá lugar en Valencia el próximo 11 de noviembre, mañana.
En el Palau de las Arts se darán cita las alcaldías de Valencia, Zaragoza, Pamplona, Murcia o Alicante, entre otras, así como las diputaciones provinciales de Málaga, Jaén o Tarragona, el cabildo de Santa Cruz de Tenerife o entidades medioambientales de Madrid, Bilbao, Gijón o A Coruña.
El Pacto de las Alcaldías es el mayor movimiento mundial de ciudades que se comprometen a combatir el cambio climático de manera voluntaria. Los municipios firmantes se comprometen a alcanzar, e incluso superar, los objetivos de la Unión Europea en materia de clima y energía.
Teniendo en cuenta que las ciudades albergan un porcentaje cada vez mayor de la población mundial, que representan el 75% del consumo energético actual y el 70% de las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, su responsabilidad a la hora de cambiar la realidad existente es inexcusable. Objetivos como la reducción de las emisiones de CO₂ en un 40% antes de 2030, mejorar la eficiencia energética, potenciar fuentes de energía renovable y desarrollar medidas para adaptarse a las consecuencias del cambio climático no son viables sin el trabajo y la implicación de estos entes.
Durante la ceremonia en el Palau de les Arts se realizará una firma simbólica de los nuevos objetivos del Pacto para 2050, mediante la cual los municipios y las provincias y regiones que quieran podrán mostrar el deseo de adherirse a los nuevos objetivos de neutralidad climática de la Unión Europea.
Entidades más pequeñas, con objetivos más concretos y competencias en la materia pueden ser una gran alternativa a los grandilocuentes (y finalmente agua de borrajas) acuerdos a que las grandes potencias llegan de manera regular.
Hasta la semana que viene, amigos.