Buenas tardes, amigos de Abejar Radio.

Acabamos de entrar en el verano, esa época del año en la que el calor, las vacaciones y el tiempo libre ocupan el espacio que durante el resto del año ocupan el frío y las obligaciones cotidianas.

En verano todos nos relajamos y sonreímos más. Y eso es bueno.

Pero no debemos relajarnos más de la cuenta, y no debemos olvidar que en verano debemos mantener el esfuerzo que realizamos durante el resto del año por ser sostenibles. Porque si no, parte de nuestro esfuerzo puede acabar en la basura.

Así que esta semana quiero daros unas pocas claves, algunas más sencillas y otras que implican un mayor esfuerzo, para que todos podamos llevar alguna, si no es posible todas, durante los tres meses que tenemos por delante.

El primer consejo es el de no abusar de la energía. En esta época del año la luz natural abunda, y ello debe verse reflejado en un menor uso de la luz artificial. Y, aunque encendemos los aires acondicionados, existen otras alternativas útiles para reducir, aunque sea un poco, su uso: vestir ropa fresca, hidratarnos correctamente, evitar la entrada de calor en casa, hacer correr el aire, utilizar ventiladores…

En lo que respecta a la alimentación, debemos priorizar el consumo de productos locales o con poco envoltorio y, por supuesto, no despilfarrar comida tampoco en verano. Si vamos a comer al campo, algo bastante habitual en esta época del año, es preferible utilizar envases de plástico reutilizables que no embalajes de un solo uso.

Y hablando de ir al campo, no debes olvidar recoger siempre toda tu basura. Este pequeño gesto tiene un doble objetivo; por una parte, no contaminar el espacio que has utilizado y, por otra, evitar posibles incendios forestales con algún producto que pueda producirlos o facilitar su propagación.

Cada vez más existen destinos ecoturísticos. Es interesante dedicar algo de tiempo a informarse sobre ellos, y comprobar si su oferta se ajusta a tus gustos y necesidades. Puedes llevarte grandes sorpresas.

Así que ya veis, amigos. Existen pequeñas pautas para tratar de que nuestra huella ecológica no se dispare en verano. Sin obsesionarse por ello, es bueno que todos tratemos de reducir nuestro impacto en el medio ambiente. En verano, invierno, otoño y primavera.

Y algunas de las medidas para hacerlo son bastante sencillas ¿verdad?

Hasta la semana que viene, amigos.

Buenas tardes, amigos de Abejar Radio.
Esta semana quiero hablaros acerca de un asunto muy cercano a todos nosotros, un asunto que debiera formar parte del pasado, pero que está muy presente en nuestro país: hablo acerca de la necesidad de depurar nuestras aguas residuales.
En 2012, la Comisión Europea abrió un expediente a España por la mala calidad de las aguas residuales de, nada más y nada menos, 606 de nuestras aglomeraciones urbanas. ¡606!
Hoy, nueve años después, la Comisión Europea ha reducido este número a 332, reconociendo que otras 274 aglomeraciones han subsanado esta situación.
España, por su parte, trata de demostrar que otras 101 urbes también están actualmente dentro de los parámetros marcados por la Directiva Europea 91/271, que es la que regula la calidad de las aguas residuales en nuestro continente.
De modo que si España está en lo cierto, serían “sólo” 231 las aglomeraciones españolas que infringen la normativa actual acerca de la calidad de las aguas residuales. Y digo sólo entre paréntesis, pues 231 no es, ni de lejos, un número del que podamos sentirnos orgullosos.
Y no podemos sentirnos orgullosos, porque estamos hablando de 231 grandes municipios que están vertiendo a la naturaleza, a sus ríos, aguas contaminadas que repercuten de manera directa en los ecosistemas que viven dentro y alrededor de estas aguas.
Y no sólo son muchas, sino que además estamos advertidos desde 2012 de la necesidad de modificar esta situación. Nueve años es mucho tiempo, y con la implicación de todas las administraciones (local, autonómica y estatal) debiera ser suficiente para paliar esta situación.
Y a este respecto poco podemos hacer los ciudadanos de a pie, más allá de no lanzar al retrete objetos inapropiados y de no tirar aceite usado por los desagües de nuestras cocinas. La responsabilidad, en este aspecto, no está sobre nuestros hombros.
Lo que no quita para que no continuemos haciendo lo que debemos, estas pocas cosas que acabo de comentar.
Hasta la semana que viene, amigos.

Buenas tardes, amigos de Abejar Radio.
El pasado sábado, 5 de junio, se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente. Fecha que se viene conmemorando desde el año 1974, aunque no fue hasta diciembre de 1977 cuando la ONU lo declaró oficialmente.
Sé que hay Días para todo, que a veces agota tanta conmemoración y que algunas de estas efemérides pueden parecer hasta ridículas, sobre todo cuando no se profundiza en la materia.
Pero este Día, el 5 de junio, es de obligado reconocimiento si queremos involucrarnos en la sostenibilidad medioambiental.
Porque es el Día Madre, el que engloba a todos los demás que hacen referencia a la Ecología y porque es el de mayor alcance al ser impulsado directamente por la ONU.
Este año, además, ha dado comienzo en esta fecha el Decenio de la Restauración de Ecosistemas en el que, desde este 2021 hasta el próximo 2030, se trabajará para prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas y reparar la naturaleza herida.
Y la mejor manera de explicar el porqué de este tema como objetivo la encontramos en la propia web de las Naciones Unidas, www.un.org
“Durante demasiado tiempo, hemos estado explotando y destruyendo los ecosistemas de nuestro planeta. Cada tres segundos, el mundo pierde una superficie de bosque equivalente a un campo de fútbol y, tan solo en el último siglo, hemos destruido la mitad de nuestros humedales. El 50% de nuestros arrecifes de coral ya se han perdido y para 2050, podrían desaparecer hasta el 90%, incluso si el calentamiento global se limita a un aumento de 1,5°C.
La pérdida de los ecosistemas está privando al mundo de sumideros de carbono, como los bosques y las turberas, en un momento en que la humanidad ya no puede permitírselo. Las emisiones globales de gases de efecto invernadero han aumentado durante tres años consecutivos y el planeta está a un paso de un cambio climático potencialmente catastrófico.
La aparición de la COVID-19 también ha demostrado lo desastrosas que pueden ser las consecuencias de la pérdida de ecosistemas. Al reducir el área de hábitat natural para los animales, hemos creado las condiciones ideales para que los patógenos, incluidos los coronavirus, se propaguen.
Ante este gran problema, el Día Mundial del Medio Ambiente se centra en la restauración de ecosistemas con el lema "Reimagina, recrea, restaura".
Restaurar los ecosistemas significa prevenir, detener y revertir este daño, pasar de explotar la naturaleza a curarla. Para ello, y precisamente en este día, arrancará el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de Ecosistemas (2021-2030), una misión global para revivir miles de millones de hectáreas, desde bosques hasta tierras de cultivo, desde la cima de las montañas hasta las profundidades del mar. Solo con ecosistemas saludables podemos mejorar los medios de vida de las personas, contrarrestar el cambio climático y detener el colapso de la biodiversidad.”
Hasta la semana que viene, amigos.

Buenas tardes, amigos de Abejar Radio.
Esta semana quiero hablaros acerca de un hito sin precedentes que tuvo lugar hace unos pocos días, la semana pasada. En concreto, el hecho tuvo lugar en Holanda, pero las repercusiones del mismo resuenan por todo el planeta.
Hablo de la histórica sentencia del tribunal de La Haya, que ha condenado a SHELL, una de las principales compañías petrolíferas del mundo, a reducir sus emisiones contaminantes de CO2 en un 45% en el año 2030.
Esta condena se ha basado en la Convención Europea de Derechos Humanos, que en sus artículos 2 y 8 protege los derechos a la vida, y a la vida familiar. Derechos que no pueden desarrollarse en un planeta inhabitable.
Y el establecimiento de este límite de tiempo y de este nivel de reducción de emisiones no es baladí, sino que se basa en el informe que el IPCC (el grupo de científicos que asesora ala ONU en materia de sostenibilidad) emitió en el año 2018 y que advertía que si el mundo quería que el calentamiento global a final de siglo no supere los 1.5 grados respecto a los niveles preindustriales, las emisiones mundiales de CO2 deben reducirse un 45% en 2030, con respecto a 2010.
Y a ello ha condenado este tribunal ala empresa, como medio de que se ocupe de la parte que le corresponde en la lucha contra el calentamiento global.
La empresa, obviamente, ha anunciado que recurrirá la sentencia. Y lo hará con un planteamiento que, desde luego, es completamente cierto. Desde su punto de vista, este tipo de juicios son inútiles ya que evitar el calentamiento global no es algo que pueda achacarse a una única empresa, sino que debe ser algo abordado desde el conjunto de empresas, de gobiernos y con un cambio en los hábitos de los consumidores. De hecho, esta empresa había propuesto una reducción de sus emisiones de CO2 de un 45%, pero en el año 2035 (en lugar de en 2030) y siempre y cuando se dieran una serie de circunstancias ajenas a la propia empresa. De modo que su compromiso con el avance en sostenibilidad medioambiental está demostrado.
Y es aquí donde se abre un interesante debate, puesto que lo que dice SHELL es completamente ciertos; la reducción de emisiones contaminantes que nuestro planeta necesita no se soluciona mediante sentencias que obliguen a una única empresa.
Entonces ¿cuál es el camino? ¿Continuar apostando por los grandes acuerdos internacionales, tal y como se está haciendo hasta ahora, que siempre se muestran insuficientes si atendemos a los requerimientos de los expertos en la materia? ¿o quizás una batería de sentencias judiciales que obliguen a las grandes empresas del conjunto de países del globo?
Los ecologistas tienen clara su postura: el tiempo de las promesas y el beneficio de la duda ha expirado. En 2020, eran 1550 casos como el de SHELL los que hay abiertos en diferentes países, entre los que se encuentra España.
¿Cómo acabarán? No lo sabemos.
Aún.
Hasta la semana que viene, amigos.

Buenas tardes, amigos de Abejar Radio.
Si recordáis, la semana pasada os hablaba acerca de una iniciativa asturiana, las ecoaldeas, que se va a poner en marcha en breves en el municipio de Cangas del Narcea.
Pues bien, esta semana la noticia de que os hablo es diferente, pero tiene la misma ubicación: Cangas del Narcea. Casualidades de la vida.
Se trata del nacimiento de tres crías de lince boreal, especie que lleva más de un siglo en riesgo de extinción.
Luis Freijales, vecino asturiano apasionado de los linces, trajo una pareja de esta especie a Cangas del Narcea desde Alemania y, al tiempo, ha tenido lugar el feliz nacimiento.
Aunque no todo el proceso ha estado exento de dificultades; dos de las crías fueron atacadas por su propio padre, siendo preciso apartarlas de los progenitores y cuidarlas en un espacio de la protectora Defensa de los animales, y la tercera de las crías, desgraciadamente, ha fallecido a causa de lo que parece una infección vírica.
Así que ahora la esperanza está depositada en estas dos crías y, quien sabe, en algún futuro alumbramiento de la pareja de adultos.
Estas crías están siendo alimentadas con leche en polvo para gatitos, aunque se prevé que en poco tiempo pasen a necesitar importantes cantidades de alimento. Debido a ello, y a las limitadas posibilidades económicas de la protectora, han puesto en marcha una campaña de crowfunding en la que llevan recogidos, hasta ahora, algo más de 1.400 euros.
Una pequeña iniciativa, impulsada por una pequeña organización, que puede dar grandes frutos; no sólo por la reintroducción en nuestro país de una especie animal que hace ya tiempo desapareció, sino porque además la presencia de estos linces (que, señalan desde la protectora, no suponen un peligro para las personas) ofrece una competencia natural al lobo, ayudando a reequilibrar el medio y colaborando en la solución de uno de los grandes problemas a los que actualmente se enfrentan muchas ganaderías españolas: los cada vez más habituales ataques del lobo, matando ovejas y otros animales.
Así que desde aquí les deseamos la mayor de las suertes en esta apasionante iniciativa.
Hasta la semana que viene, amigos.

Buenas tardes, amigos de Abejar Radio.
La pandemia de COVID19 ha traído muchas, muchísimas consecuencias a nuestras vidas. De algunas de ellas hemos hablado aquí; de otras no, pero sin ninguna duda las hemos escuchado en otros medios de comunicación, o en conversaciones particulares mantenidas con nuestros familiares, amigos o compañeros de trabajo.
Hoy quiero hablaros de una de estas consecuencias, que no es sino el interés por el medio rural que esta pandemia parece haber despertado. Interés causado por el temor al aumento del riesgo de contagio que un medio urbano conlleva, al darse una mayor interacción entre personas.
Y ante este aumento del interés por el medio rural, justo en un momento de gran preocupación de este medio por la despoblación y las consecuencias que esta acarrea, ha surgido en Asturias una iniciativa interesante que, esperemos, tenga un buen futuro.
Se trata de la creación de lo que podemos denominar como ecoaldeas. Moal, un núcleo de población de 70 habitantes que pertenece a Cangas del Narcea, será la primera de ellas.
Se trata de lograr que esta unidad poblacional sea autosuficiente a todos los niveles; generando la energía necesaria para el consumo de la localidad, incluyendo la instalación de empresas, así como una agricultura y una ganadería que tengan un impacto cero en el medio ambiente.
Para ello, se busca gente joven que se empadrone, y resida, en el núcleo de población, a la que se ofrecerá formación y oportunidades reales para convertirse en empresarios acordes a estas iniciativas; o, como los llaman en el proyecto, aldeonautas o ecocultores.
Se trata de un proyecto piloto que, si funciona, se repetirá en otras aldeas de la comunidad asturiana, una de las más afectadas por el fenómeno de la despoblación en la actualidad.
La iniciativa parte de Jaime Izquierdo, Comisionado para el Reto Demográfico en Asturias. Se trata de un geólogo y escritor asturiano de reconocido prestigio, con siete libros publicados, todos ellos girando en torno y defensa de los valores y la conservación de la vida en el mundo rural. También ha sido asesor del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino.
Es por esta trayectoria por la que ha sido escogido para ese cargo, y que nos da una idea de la intención del gobierno asturiano de apostar por la sostenibilidad en el medio rural, como una herramienta más para luchar contra la despoblación. Iniciativa que, si triunfa, puede resultar muy interesante para nuestra comunidad autónoma.
No sabemos si esta ecoaldea dará los frutos esperados o no, esperemos que lo primero, pero lo que está claro es que sólo hay una manera de comprobarlo.
Estaremos atentos.
Hasta la semana que viene, amigos.

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